sábado, 26 de octubre de 2013

ARSENAL - GIMNASIA: VIOLENCIA DESDE EL FUTBOL

El Estadio Julio Humerto Grondona fue escenario de otra escena violenta del fútbol argentino. Nuevamente, el deporte quedó de lado para mostrar su peor cara.

Faltando escasos minutos para el cierre del partido que disputaban Arsenal de Sarandí y Gimnasia y Esgrima de La Plata los jugadores de ambos equipos, auxiliares y policía protagonizaron una gresca de tremendas proporciones.



No hay excusa posible para que pueda justificarse semejante violencia. Ni las pulsaciones, ni el cansancio, ni decisiones arbitrales ni ningún otro elemento puede considerase como válido para minimizar el hecho. Tampoco los recientes incidentes en el partido jugado en Mendoza entre Godoy Cruz y Boca.
Se quitó a los simpatizantes visitantes la posibilidad de concurrir a los estadios deportivos por razones de seguridad y para evitar hechos violentos. También se adoptó la medida de que solos los socios de los equipos locales pudieran concurrir a los estadios. La violencia siguió afuera. Ahora, las grescas de grandes proporciones se inician dentro del perímetro del campo de juego.
Después de las leves sanciones aplicadas a los jugadores de Godoy Cruz y Boca Juniors, donde tan solo se aplicó una fecha de suspensión a Jorge Curbelo y Jonathan Ramis de Godoy, y a Matías Caruso y Pablo Ledesma de Boca, pareciera que no se están haciendo las cosas para evitar estos lamentables hechos.
Si las sanciones no son graves el problema se va a agudizar.



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